Tezcatlipoca era el oponente de Quetzalcóatl, relacionado
con lo espiritual; juntos complementaban la dualidad antagónica con que la
cosmogonía azteca explicó el mundo. En ocasiones, Tezcatlipoca aparece en las
narraciones como un tentador de los hombres, insitándolos al mal: castigando la
maldad y recompensando la bondad, él ponía a prueba la mente de los hombres
frente a las tentaciones mientras que Quetzalcóatl era de la rectitud y la
sabiduría.
Una leyenda cuenta cómo el mundo fue creado por Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, cuando sólo existían el océano y un monstruo de la tierra que habitaba sus aguas. Entonces, Tezcatlipoca ofrendó su pie, utilizándolo como carnada para atraer al monstruo hasta la superficie, en donde, tan pronto asomó, fue capturado por ambos dioses, que lograron estirar su cuerpo a lo largo del globo, creando así la superficie terrestre, la tierra firme. La herida de batalla aparece representada toda vez que se evoca a Tezcatlipoca, quien aparece con una de sus piernas sin pie.
Una leyenda cuenta cómo el mundo fue creado por Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, cuando sólo existían el océano y un monstruo de la tierra que habitaba sus aguas. Entonces, Tezcatlipoca ofrendó su pie, utilizándolo como carnada para atraer al monstruo hasta la superficie, en donde, tan pronto asomó, fue capturado por ambos dioses, que lograron estirar su cuerpo a lo largo del globo, creando así la superficie terrestre, la tierra firme. La herida de batalla aparece representada toda vez que se evoca a Tezcatlipoca, quien aparece con una de sus piernas sin pie.
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